Descripción
En casi ningún otro ámbito de la ciencia puede reconocerse actualmente con tanta claridad la ambivalencia de la modernidad como en el campo de la investigación biomédica. Por un lado, se reivindican la libertad y la dignidad del hombre: por otro, varias corrientes ideológicas las niegan en virtud de un profundo escepticismo. El utilitarismo ha vuelto a entrar en el edificio teórico de la ética, el respeto por la inviolable dignidad de todo ser humano y por sus derechos morales cede ante la exigencia de hacer valer intereses propios. Así, la bioética pasa a ser la legitimación teórica de una insidiosa pérdida de solidaridad que se consuma bajo el pretexto de la autonomía y la libertad.
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