Descripción
Es sabido que cuando venimos al mundo tenemos ya nueve meses de vida y que la vida psíquica, la capacidad de sentir y reconocer, empieza antes del nacimiento. Esto significa que lo que experimentamos durante el embarazo, el parto y los primeros años de vida tiene un efecto determinante sobre nuestro posterior desarrollo físico y psíquico. Puede tratarse de experiencias positivas, que sienten las bases de una personalidad estable y segura, o de experiencias estresantes que pueden llegar a marcar toda una vida. La propuesta terapéutica de Franz Ruppert permite traer a la conciencia estas experiencias traumáticas precoces, para sanarlas.
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