Descripción
En el año litúrgico se considera la vida de Cristo no como simple recuerdo. Su contenido esencial es la formación a lo vivo de Cristo en nosotros. La Pascua, las fiestas de los misterios de Cristo, contienen la realidad viva que conmemoran. Son celebraciones de la comunidad, para ella y en ella. La liturgia es el trance de cristificación de la nueva humanidad. Por eso, para encontrarnos hoy con Dios, seguimos leyendo el antiguo Testamento, mediante el cual Dios preparó ayer la venida de su Hijo, proclamamos el Evangelio como realización de las promesas, y leemos la doctrina apostólica que adapta a nuestra situación creyente la venida de Cristo hoy a nosotros.
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